Hotel rural Can Lluc - Un proyecto familiar

LA UNIÓN DE LA TRADICIÓN IBICENCA CON LA CONTEMPORANEIDAD

El proyecto arquitectónico de lo que es hoy el agroturismo Can Lluc ha ido integrando en un un solo conjunto lo que antes era la suma de corrales, almacenes y la vivienda principal, manteniendo los elementos tradicionales de la cultura ibicenca como los muros de pedra en sec y el porxo entrada rectangular de la cual salen las demás dependencias.

Los jardines de almendros, olivos, higueras y parras junto con la piscina infinita inspirada en el sistema de regadío legado por los árabes enmarcan todo el complejo hotelero. Un concepto puente entre la tradición y modernidad que se han mantenido en todas las ampliaciones con la piedra seca separando los diferentes espacios.

 LAS INSTALACIONES DE CAN LLUC

Todo el complejo está formado por más de 10 hectáreas de extensión, en los que podrás hacer rutas de senderismo finalizando en el mirador desde el que se consiguen unas hermosas vistas panorámicas de toda la montaña. 

Además de las villas y suites y las habitaciones rurales, en Can Lluc contamos con una sala wellness en la que podrás disfrutar del uso de la sauna y cabina de masajes, así como tratamientos de belleza para desconectar y relajarse. 

En el restaurante del hotel utilizamos productos de km 0 y cercanía, algunos de ellos son cultivados incluso en la finca. Todo un placer para el paladar al más puro estilo mediterráneo. 

En el corazón de la finca, encontrará un precioso paseo que le permitirá disfrutar de una experiencia única. El recorrido, de aproximadamente 1,6 km de distancia y con una duración de 30 minutos a un ritmo tranquilo, comienza junto a la recepción y avanza campo a través, pasando por el encantador gazebo, donde podrá relajarse mientras observa los hermosos alrededores.

A medida que avanza, el camino serpentea entre las villas y los jardines, brindándole la oportunidad de admirar la flora local en su máximo esplendor. El paseo se adentra en un frondoso bosque, donde encontrará una subida algo escarpada que le llevará a una altitud de 140 metros, desde donde disfrutará de vistas espectaculares de la costa oeste y una sensación de total conexión con la naturaleza.

En el bosque, descubrirá elementos antiguos que forman parte del patrimonio cultural de la finca: casas tradicionales donde antaño se criaban abejas, un auténtico horno de cal, y zonas de descanso o picnic, como el banco de madera de la fotografía, que invitan a detenerse y disfrutar del entorno en calma.

Este recorrido se puede extender más allá de los límites de la finca, siguiendo caminos rurales que le invitan a descubrir los alrededores. A lo largo de su trayecto, podrá explorar la arquitectura tradicional de la zona, sumergirse en el entorno natural, y disfrutar de la diversidad de flora y fauna que hace única a esta región. Ya sea caminando tranquilamente o disfrutando de un paseo más largo, este es el lugar perfecto para desconectar y revitalizarse en plena naturaleza