A un par de kilómetros de Sant Rafel puedes refugiarte en Can Lluc, una finca con encanto, propiedad de la familia ibicenca Lucas Prats durante generaciones, transformada en un agroturismo ecosostenible, inmerso en una finca de diez hectáreas cultivadas de algarrobos y olivos donde se produce el aceite.
Un lugar perfumado de hierbas silvestres, acariciado por la brisa, donde el silencio se rompe por el canto de las cigarras o el rebuzno de un burro. Las habitaciones y villas están ubicadas en viviendas rurales de piedra y madera con tonos color miel, con terraza y jardín privado.
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