Es un claro ejemplo de la arquitectura payesa más tradicional y con mucha personalidad
Alejada del núcleo urbano más turístico pero a tan solo 10 minutos del centro de Ibiza, Can Lluc Boutique Country Hotel & Villas aúna el encanto propio de la isla blanca y el lujo y la sofisticación de un proyecto con un fuerte arraigo a la isla, pero que mira constantemente a las tendencias del exterior.
La piedra y la madera de la casa tradicional familiar conviven en este agroturismo con los materiales propios de los últimos diseños en decoración.
Sus villas, de nueva construcción, responden a las nuevas demandas del cliente internacional.
Sus clientes, fieles apasionados de este hotel con encanto, son también una gran inspiración a la hora de construir un entorno que día a día cuida las necesidades de quienes hacen de Can Lluc su hogar durante unos días.
Una casa que respira Ibiza en cada detalle
El alma de la isla está presente en cada rincón de Can Lluc. Con unas impresionantes vistas sobre la bahía de San Antonio, Lucas Prats, uno de sus propietarios, quiso que el día a día de su infancia, transcurrido en esta casa payesa, perviviese entre sus paredes de piedra.
Algarrobos, pinos y olivos rodean a este agroturismo en medio de un valle de gran valor ecológico. Fue el lugar elegido en el año 2000 por Tina Soriano y Lucas Prats para hacer de su sueño un hogar donde mimar a cada visitante. Para la reforma de la casa apostaron por José Torres, un arquitecto local que hizo de la vivienda que en su día perteneció al abuelo de Lucas un hotel boutique donde el Mediterráneo formara parte del día a día de la casa.
Durante tres años, José Torres siguió al detalle las inquietudes de Tina y Lucas para que esta finca de 200 años de antigüedad cumpliera con los estándares de calidad que hoy lleva a reconocidas plataformas del sector hotelero a situar a Can Lluc en los rankings de los mejores alojamientos. Prueba de ello es la constancia de este agroturismo en los primeros puestos de la plataforma Hoteles con encanto o la inclusión de su piscina entre las 10 mejores del mundo por el portal Rusticae.
Las antiguas paredes de piedra son todo un símbolo en Can Lluc, que, mezcladas con los guiños a la arquitectura más moderna, acogen al cliente y lo rodean de detalles tradicionales. Techos de madera de sabina respetan el amor por el pasado de esta casa y sus propietarios; y sus jardines de higueras, olivos y jazmín son una extensión de los parajes mediterráneos que rodean a Can Lluc.
Antigua finca de labranza, muchos de los elementos decorativos que hoy forman parte de la casa pertenecieron al abuelo de Lucas. Con este punto de partida, el restaurador José María Velasco convirtió dichos elementos del pasado familiar en parte del día a día de Can Lluc. Aperos, herramientas antiguas, baúles o la misma mesa que se utilizaba en su día para elaborar los embutidos tras la matanza reciben hoy al visitante que llega a este agroturismo.
Todo ello, junto al diseño minimalista de las villas que forman Can Lluc, son una auténtica invitación para conectar con el campo ibicenco sin perder el vínculo con la frenética actividad del centro de Ibiza.
Un entorno inigualable para un hotel boutique lleno de personalidad
Situado a pocos minutos de las calas ibicencas más espectaculares y cerca del pueblo de San Rafael, la paz que se respira en Can Lluc es uno de los mejores alicientes para sumergirse en la naturaleza, sin renunciar a la variada oferta de ocio propia de la isla blanca.
Su huerto propio, donde se cultivan frutas y verduras kilómetro 0, completa el marco de este agroturismo cada vez más reconocido. Estos productos autóctonos suponen la mejor materia prima para las diferentes elaboraciones gastronómicas ibicencas, donde no pueden faltar las mejores verduras y pescados frescos locales.
Todo envuelto en el mejor trato familiar, donde el visitante se siente desde el minuto cero en su propia casa.